...Y todo lo que crezca en tu interior crecerá fuera de ti, por eso, cada vez que avanzas en tu búsqueda también colaboras con los otros, cada vez que eliminas tu sufrimiento inútil también ayudas al mundo, cada vez que te elevas sobre tus límites das una mano a la evolución del planeta.

jueves, 13 de junio de 2013

"Creábamos pánico en los mercados para sacar beneficio de la caída de España"

Así de claro lo ha reconocido Greg Smith, un ex trabajador del banco Goldman Sachs autor del libro ‘Por qué dejé Goldman Sachs’, una obra en la que admite cómo engañaban a sus clientes, a los que llamaban “idiotas” o “marionetas”, para ganar más dinero.

 
Los vídeos corporativos de Goldman Sachs hablan de profesionalidad, de servicio al cliente, de confianza. Pero el relato de Greg Smith es muy diferente. Tras más de diez años en el gigante de la banca de inversión, Smith no sólo cuenta cómo se enriquecen con la desgracia ajena, sino cómo directamente la provocan.

“Tratamos de sacar beneficio de la desgracia de España. En la reunión de la mañana el banco decía: ‘Hoy vamos a vender acciones de sus bancos y a convencer a nuestros clientes de que compren’. Y a los dos días decían lo contrario. Cuanto más los aterrorizas, más negocio haces”, asegura Smith.

Engañando a sus propios clientes
Greg aún trabajaba en Goldman cuando los grandes banqueros testificaron sobre la crisis en el Senado estadounidense pero dice que eso no cambió nada. “Sacabamos notas de prensa diciendo que habíamos cambiado pero en privado la gente seguía llamando pardillos a los clientes e identificando a los más ignorantes para engañarlos”.

Dice que el problema es que el banco aconseja una cosa a los clientes y luego con su propio dinero hace la contraria, como si el crupier del casino viera las cartas de todos y además hiciera su propia apuesta.

“Después de una crisis que destruyó el 40% de la riqueza mundial sabes cuántos jefes han ido a la cárcel. Ni uno ha sido siquiera procesado, porque todo es legal aunque no sea nada ético”. Ahora el banco le considera persona non grata. Dice que es una venganza porque no le dieron un aumento de sueldo. Pero él, con su libro en la mano, dice que sólo cuenta la verdad.

viernes, 7 de junio de 2013

Vamos a fingir una vida Libre de Miedo. Inelia Benz

Vamos a fingir – Una vida libre de miedo.

Al fingir, desencadenamos un resultado posible en la vida real. Los niños hacen esto de forma natural, y los animales también, cuando juegan. Fingen que hacen lo que van a tener que hacer o quieren aprender a hacer, cuando crezcan.

Al fingir, ponemos las manos en el campo de la posibilidad infinita que es el espacio que hay entre los pensamientos, y la zona que hay entre las partículas de cada átomo.

Se crea algo que no existía antes en nuestra mente. Al fingir, nos damos permiso para dejar de lado lo que es ” real”, ” posible”, y “factible”, y simplemente dejamos que exista lo que está en nuestra imaginación, en nuestros escritos, dibujos, juegos y conversaciones.

Imagínate, fingir, escribir o dibujar, una vida sin miedo. TU vida. ¿Qué aspecto tiene? ¿Qué harías?

Estuve observando esto en mí misma, y lo primero que me vino a la mente fue que debería “mirar más”. Me encanta mirar, observar.

Pero ser la cara visible en esto de elevar la consciencia, el empoderamiento y la conciencia del planeta supone tener una agenda muy ocupada, y el hecho de poder solamente mirar, se ha visto relegado a los últimos lugares de mi lista.

Pero cuando me dejé llevar en mi juego de fingir el NO MIEDO en el mundo, se hizo mi trabajo de elevar la consciencia y la vibración del planeta. Simplemente me permití Observar, Mirar, Explorar. Y eso fue algo fascinante en sí mismo.

Cuando en enero de 2010 se me pidió presentarme ante el público, no tenía ni idea de por qué. O incluso, ¿por qué yo?

Se me ocurrió que las personas que habían venido a hacer ese trabajo habían sido, de algún modo, apartadas y yo era su “décimo” plan B.

Pensé que la razón de esto estaba en que yo soy una persona muy reservada, y prefiero mirar y observar, que ser mirada u observada. Particularmente, como Inelia Benz, soy irrelevante y no existo realmente. No hay nada que interese en mí.

Y esta semana, mientras jugaba a fingir NO TENER MIEDO en mi vida, me di cuenta de que esa era la razón principal de haberme presentado en público.

No sólo porque no tengo ningún interés en ser vista, – ya que eso no me provoca ninguna satisfacción, deseo o interés, y había una energía disonante en el hecho de hacerse público que tenía que ver con el paradigma “yo y sólo yo”, que no tenía nada que ver conmigo- , sino también porque me encanta observar.

A medida que nos alejamos del paradigma salvador/agresor/víctima/mártir, la presencia de salvadores, guías, o deidades deja de ser una necesidad.

Toda la información que podríamos necesitar, ya está disponible. Y si no se halla disponible de inmediato, muchas personas están trabajando para que lo esté.

Si alguien realmente quiere encontrar algo, puede hacerlo. El tiempo en el que un gurú o un yogui “ilumina” a los demás ya no sirve.

Lo que nos queda es el recuerdo y múltiples puntos de vista. Cuantos más puntos de vista diferentes estén examinando el mismo tema, más acceso podemos tener a ese tema.

El nuevo papel de los que en el pasado pudieron haber formado grupos, religiones, etcétera, es simplemente inspirar a la audiencia para que observe lo que está viendo, mirando, explorando, y no a ellos mismos – los oradores.

La persona del público puede entrar y salir a voluntad, escuchar y explorar nuevas visiones con diferentes oradores, y cuando lo ha visto todo, puede empezar a hablar y a expresar esos puntos de vista para que otros también puedan experimentarlos. En esta nueva estructura el orador se vuelve irrelevante.

Y después de estar fingiendo un mundo sin miedo, el resultado ha sido la constatación de que PODEMOS EMPEZAR AHORA.

Con dos o más personas mirando en la misma dirección, fingiendo lo mismo, o teniendo la misma intención, se logra un nivel de “acuerdo” en esa realidad a la que llamamos universo físico.

Una de las “leyes” de la realidad física, es que ésta existe a través del acuerdo. El acuerdo viene en paquetes, programas, creencias culturales, medios de comunicación, religiones y otras cosas.

En este momento, nuestra realidad está llena de miedo. El miedo está en todas partes, en todos los aspectos de nuestras vidas.

Sin embargo, es sólo un “punto de vista”, una expresión energética de esos archivos adjuntos que son la supervivencia y la evitación.

Algunas personas creen que “el miedo es necesario para la supervivencia”. Otros piensan que está bien sentirlo pero que se deben hacer cosas de todos modos; sí, esto es una manera de empezar a disolverlo, porque nos damos cuenta de que el cielo no se cae cuando actuamos con miedo, pero este método puede ser largo y arduo, e incluso contraproducente.

Otros tratan de suprimir el miedo, de apartarlo, o de esconderlo en una burbuja de luz. Pero al apartarlo, lo hacemos más fuerte.

Así que mejor, lo procesamos. Y eso funciona muy, muy bien a nivel individual. Cuanto más miedo se disuelve procesándolo, mayor será nuestra vibración y más se expandirá nuestra consciencia.

Y ahora, si fingimos una vida sin miedo, y luego un mundo sin miedo, podemos traer un nuevo paradigma a la consciencia colectiva humana.
Así que, este es el aspecto que tiene mi vida y esto es lo que voy a hacer de un modo diferente: He decidido empezar a mirar ahora y no esperar hasta que hayamos terminado con nuestro trabajo en el planeta.
Quiero mirar, y os invito a mirar allí donde estoy mirando, simplemente porque es fascinante y mientras más seamos los que miremos, más llegaremos a descubrir, conocer y recordar.
Este mes, pasemos un tiempo, aunque sólo sean unos segundos, mirando a la “realidad” libre de miedo, tanto la personal, como la del planeta.
Busca un bolígrafo y un papel y expresa cómo se ve tu vida LIBRE DE MIEDO.
¿Qué dices?
Autor: Inelia Benz.
Traducción: Romina Solís
Fuente: ascension101.com
WebSite: despertando.me

martes, 4 de junio de 2013

VIVE Y DEJA VIVR

VIVE Y DEJA VIVIR
PERDONA A LOS DEMAS Y DEJALOS SER

Por Marco Engelke


Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo. La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida... ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.

Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo...Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.

¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende ni daña a nadie.

Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si se pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las 'ofensas'.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como deben de actuar los demás.

Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su `inventario'. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año.

¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años?
Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia. Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice 'no', creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos.

Déjalos ser! nadie te pertenece.

Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron '¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales sólo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros'.
Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Sólo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Sólo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.

Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Entonces ¿Cómo puedo perdonar?

1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas, las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.

2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja vivir.

4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja perfectos. Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol, no bichos... ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Sólo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez sólo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.

6) Intoxícate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. Me complacerá decírtelo por experiencia.

7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile por qué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de porque lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.

8) A la luz del corto período de vida que tenemos, sólo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo.

9) Es natural pasar por un período de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate (no confundir con desquítate) con alguien para dejar fluir el dolor. Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.
 
 Y como dirían los Beatles, Let it be! 
Deja al mundo ser. Y déjate ser a ti también.