¿Como podría nadie en su sano juicio colocar la otra mejilla?, ¿Cómo se podría Amar a quien tú eres para él un enemigo?
Esta mentalidad ha sido la imperativa desde hace siglos, una mentalidad basada en la ley de la selva, la ley del mas fuerte. Ha sido siempre la creencia popular hasta nuestros dìas, que poner la otra mejilla, que Amar al que te desprecia, es sinónimo de debilidad, de falta de dignidad, de carencia de Amor propio.
Esta mentalidad ha sido la imperativa desde hace siglos, una mentalidad basada en la ley de la selva, la ley del mas fuerte. Ha sido siempre la creencia popular hasta nuestros dìas, que poner la otra mejilla, que Amar al que te desprecia, es sinónimo de debilidad, de falta de dignidad, de carencia de Amor propio.
Como siempre, estas ideas nos eran heredadas como parte del paquete de nuestro condicionamiento y programación mental que nos han impuesto de toda la vida nuestras diferentes sociedades y culturas. Pues a los poderosos de todos los tiempos nunca les ha interesado el Despertar del ser humano a su verdadero Potencial y Poder.
Mas es todo lo contrario, se requiere un alto Amor hacia ti mismo, una elevada Conciencia, el colocar la otra mejilla, así como Amar a tus enemigos. Pues en la debilidad radica la Verdadera Fuerza (tu fuerza interior, no la fuerza física). La Verdadera Fuerza es la Fuerza del espíritu!!
"La Fuerza es de los débiles", exclamaba Jesùs, solo aquel que abre su Corazòn a la Compasión, a la Bondad, a la Misericordia, al Amor, puede tener el suficiente valor para Amar a su enemigo o colocarle la otra mejilla.
Y como bien expresó Jesús, si solo Amamos a quienes nos Aman, ¿que mérito tiene?.
Todos somos Uno, cual ramas de un mismo árbol, y ese árbol es Dios. Cuando consideramos a alguien nuestro enemigo, o odiamos a los demás, estamos reflejando nuestras carencias, la enemistad, el rechazo y el odio que sentimos por nosotros mismos. En cambio, cuando Amamos, y mas si es a quien nos desprecia, nos Amamos a nosotros mismos, reflejamos el grado que Gozamos de Amor hacia nosotros mismos.
¿Por qué Amar?, ¿por qué Dar?, pues porque al Dar, recibimos también. Si no Das, y si no Amas, tampoco recibirás, y tampoco podrás Amarte y estar en Paz contigo mism@.
Da, y lo que des lo recibirás en igual o mayor medida, no importa si no viene devuelto de la persona a quien tú des, el Universo, Dios, te lo dará. Tan cierto como que al día le sucede la noche.
Namastè
Eduardo de Miguel
Fuente: Preparemonos para el Cambio
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